Los meses de frío son una época complicada para nuestras manos y no es de extrañar que tiendan a resecarse más cuando baja la temperatura. Los cambios bruscos de temperatura (los contrastes de temperaturas, frío en el exterior y aire caliente seco en el interior) elimina la hidratación natural de la piel de nuestras manos, dejándolas ásperas y agrietadas. Además, cuando la temperatura baja, nuestro cuerpo produce menos lípidos, que son los protagonistas para que nuestra piel forme una barrera protectora resistente a las agresiones externas.
También hay otros factores a tener en cuenta durante los meses de invierno:
- Cuidado con el uso de agua caliente y jabones agresivos que puedan dañar la capa protectora externa de la piel, causando que pierda aún más hidratación.
- No olvides beber cada día suficiente agua para hidratar la piel desde el interior.
- Evita los secadores de manos con aire caliente y apuesta por papel o una toalla para secar tus manos después de cada lavado.
¡La hidratación juega un papel crucial! El uso habitual de una crema de manos para la piel seca es esencial durante los meses de invierno. Muchas personas optan por usar una loción corporal en lugar de crema de manos, pero es importante tener en cuenta que la piel de las manos tiene necesidades especiales y que las cremas de manos han sido particularmente formuladas para satisfacer estas necesidades.