Durante los primeros minutos de practicar ejercicio al aire libre, sea cual sea la actividad realizada, es cuando se produce el mayor aumento de autoestima y mejora del ánimo. A parte de los beneficios que ya se le conocen a hacer ejercicio se le suma el impacto positivo de permanecer en espacios verdes, rodeado de naturaleza y aire limpio, disfrutar de los rayos de sol y, en definitiva, de la sensación de libertad que no se experimenta en un gimnasio.
Practicar deporte al aire libre no es complicado. Correr, andar o ir en bicicleta son actividades gratuitas y al alcance de cualquiera. Todas tienen la posibilidad de realizarse en grupo, ayudando a sociabilizarnos y relacionarnos.Los especialistas afirman que el nivel de endorfinas que se genera haciendo deporte al aire libre es mayor que en un espacio cerrado, y si además se hace en grupo con familiares o amigos, un plus.
Es obvio que hacer media hora de carrera continua por un parque, o por un circuito urbano es más gratificante para los sentidos que hacerlo en una cinta, delante de una televisión y junto a otros diez desconocidos. Aconsejan que es mejor correr en circuitos naturales, ya que se ejercitan todos los músculos y tendones de las extremidades. Para finalizar un buen ejercicio en un parque podemos llevar una goma elástica que atándola a un árbol nos puede ayudar a realizar ejercicios de brazos, tronco o piernas. Y si es posible, es importante aprovechar las horas de sol, ya que influye en la obtención de la vitamina D.
Es importante recordar también que en otoño hay que extremar los cuidados personales, tales como llevar una ropa adecuada y llevar una buena hidratación, ya que en estas épocas también perdemos mucho líquido. Y si vivimos en grandes ciudades intentaremos correr en parques o zonas ajardinadas evitando las calles muy transitadas y sobretodo las horas punta en las que puede haber más contaminación.
¡Anímate y levántate del sofá! conseguirás beneficiarte de lo que supone sudar en el frío e incluso llegar a encantarte.