El verano es una época clave para tu cuerpo y tu piel: igual puedes mantener tu actividad y lucir un bronceado maravilloso que, con los excesos solares, deshidratarte, irregularidades en tu alimentación y falta de sueño provocar daños irreparables en la dermis y disparar nuestro cuerpo a mil. Nunca está de más recordar una serie de consejos básicos para que no nos llevemos un disgusto.
¡Fuera horarios, adiós agenda! Llegan las vacaciones, una época en la que nos encanta pasar horas bajo el sol que tanto hemos echado de menos el resto del año. Ya sea en la playa, en la piscina o en la montaña; a veces sin darnos cuenta y otras exponiéndonos conscientemente, el sol es el principal reclamo de un verano que puede ser maravilloso o bien, desastroso para la piel. Sumado a los horarios irregulares, alimentación desequilibrada, falta de sueño y de actividad…
Estos consejos te ayudarán a cuidar la dermis y a acabar la estación sin disgustos. ¿Te los sabes todos o hay alguno que incumples sistemáticamente? ¡Repásalos!
-Mantén tu actividad. Es bastante normal bajar nuestro nivel de actividad e incluso anularla ¡no! Intenta mantenerla evitando las horas de máxima insolación y ayudándote del protector solar en todo momento.
-Lucha por mantener los horarios de las comidas y del sueño, así como seguir con una dieta equilibrada. ¡Aprovecha estos meses para disfrutar de mayor variedad de frutas, hortalizas y verduras! El cuerpo pierde más agua cuando hace calor.
-Hidrata tu piel adecuadamente, ayúdate de las cremas hidratantes. Especialmente después de la exposición solar. Recuerda, protegerte adecuadamente de los efectos nocivos del sol. Además de los fotoprotectores, usa gafas de sol, sombreros, gorras y ropa adecuada. Evita la exposición solar en las horas centrales del día. Y extrema los cuidados durante las primeras exposiciones al aire libre, ya sea en la playa o en el campo. No te olvides de proteger cuidadosamente el escote, el cuello y las manos.