La piel del bebé es muy vulnerable, ya que posee una capacidad de protección más baja que la de los adultos. Esta menor capacidad de defensa hace que la piel del recién nacido merezca una atención especial. Hidratar la piel es uno de los puntos principales que tenemos que tener presente.
Por normalidad, la piel de un bebé sano está más hidratada que la de un adulto, por lo que no es necesario aplicarle productos para hidratarla todos los días. De hecho, la piel del bebé cuando nace está habitualmente recubierta con un alto contenido de agua y grasa, con propiedades protectoras para la piel.
Sin embargo, dado que el contacto es tan placentero tanto para el bebé como para los padres, se puede aplicar una hidratación habitual. Para hidratar la piel del bebé podemos usar loción hidratante, como por ejemplo la Loción Hidratante Corporal bebé. Su formulación contribuye al excelente cuidado y suavidad de la piel, es apta para pieles sensibles y atópicas.
Las zonas más delicadas, como la barbilla o el culete, que son más propensas a estar húmedas, y donde se forman pliegues, requieren mayor hidratación ya que es donde más irritaciones aparecen.
Al aplicar la crema, debemos tener presente la piel que se encuentra detrás de las orejas, que es fina y propensa a descamarse, por tanto hay que hidratarla con frecuencia. El empeine es otra de las zonas que requieren mucha hidratación y que suele pasar desapercibida.
Pero si queremos que la piel de nuestro bebé luzca hermosa y unirnos a ella de una manera muy especial, podemos aplicar las cremas hidratantes realizando suaves masajes a nuestro bebé. Las caricias tranquilizan al bebé al tiempo que nuestra cercanía estimula sus sentidos, no sólo el del tacto. El bebé después del masaje duerme más tranquilo y come mejor. Los masajes alivian los gases que causan molestias al bebé. Se refuerzan vínculos y se comparte un tiempo fabuloso.
Los masajes se pueden realizar en todo el cuerpo, desde la cabeza a los pies. Con suavidad, los masajes pueden ser circulares, en línea recta o en zigzag. No pretendemos masajes profesionales sino el contacto, la cercanía y el placer de acariciar y ser acariciados.
Y tú ¿cuál es tu momento preferido?