Estos son los trucos que tienes que seguir para salir victoriosa de una velada navideña en casa. Navidades:dícese del período que comprende del 24 de diciembre (Nochebuena) al 6 de enero (Reyes) y cuyas festividades se traducen en cantidad de eventos sociales con familiares, amistades, compañeros de trabajo y demás grupos. Un encaje de bolillos de fechas y estilismos que se complica cuando alguna de dichas celebraciones se realiza en nuestra casa. Ya no acudes en calidad de invitada, sino que actúas como anfitriona y los quebraderos de cabeza para que todo quede perfecto se multiplican por diez.
La decoración del hogar en general y del comedor en particular, la disposición de la mesa y sus comensales, los platos del menú y con qué maridarlos. Cada detalle importa desde que los invitados cruzan el umbral de la puerta hasta que toman asiento y se clausura la velada con la sobremesa. Por eso, lo principal es ser previsora y prepararlo todo con antelación. Parece una perogrullada, pero tendemos a posponer la resolución de estos compromisos y no hay truco más efectivo para una convidante que el de maniobrar con margen. Es decir, desde ahora mismo.
Dicho esto, decidir cuál será el hilo conductor es el punto de arranque. Ambientada (o no) la casa para las Navidades, toca escoger cuál queremos que sea el diseño de nuestra mesa y, a menos que lo tengamos muy claro, hemos de buscar inspiración. Una gran fuente es Pinterest, donde podemos filtrar la búsqueda siguiendo unos criterios (por color, estilo o tendencia) y obtener decenas de resultados. Otra son los especiales de Vogue España que, como cada año, articulan bodegones que miden el pulso de lo que se lleva y lo que no según las últimas corrientes del sector. Pero hay muchas más.
El otro pilar es el menú: entrantes, principal, segundo y postre. Tiene que estar en sintonía con la decoración, porque no es lo mismo una mesa rústica que otra millennial, o una clásica en rojo y dorado que una fundida al rosa, o una minimalista frente a otra rococó profusamente decorada. Debe existir armonía entre lo que se sirve y donde se sirve. Cada pedacito de una noche que pretende ser redonda cuenta.