Si eres de las que aún no tiene regalo año más, te damos las claves para que puedas disfrutar de las fiestas y encontrar el regalo perfecto.
El valor emotivo de un regalo es lo más importante a la hora de recibir. Y un perfume puede ser la mejor de tus opciones. El sentido del olfato es el que mejor nos permite evocar recuerdos. Para regalar a los demás o incluso a ti misma, ¿quién dijo que la Navidad no era una ocasión para mimarse a sí mismo?.
Elige la fragancia perfecta entre todas ellas:
Aire de Sevilla Agua Fresca de Azahar: es un puro destello de clementina, mandarina y bergamota dan rienda suelta a un torrente mediterráneo impregnado de azahar, deliciosamente acompañado de muget y jazmín, para descansar sobre doradas dunas de ámbar y musk.
Chicca Bonita: bergamota y notas de madera se entremezclan para crear una fragancia sensual. Su corazón, ligeramente dulce encierra un toque exótico muy femenino. Una fragancia inolvidable, para mujeres que dejan huella.
Aire de Sevilla Gardenias: es un perfume suave y fresco, en el que predominan las notas florales cargadas de feminidad. Una fragancia equilibrada que refleja un carácter elegante, jovial y alegre.
Aire de Sevilla Essenza: Notas frutales y florales convierten esta fragancia en un espectáculo olfativo. Suave y delicada al mismo tiempo que elegante, te viste de día y de noche en cualquier ocasión.
Aire de Sevilla Rosas Blancas: Acordes vitales, frescos y transparentes de pétalos de rosas blancas y jazmín, envuelto en un aura singular de notas ozónicas y herbáceas, que se hacen seductoras en presencia de la calidez de la mandarina y la violeta persa, para finalmente culminar en un sorprendente final de musgo de roble.
Aire de Sevilla Bella: Las notas golosas de grosella negra y pera abren paso a una nueva fantasía dominada por el iris y el jazmín. El frescor de la flor del naranjo combinado con la vainilla y el praliné descubren una feminidad vivida libremente, universal y personal. Una elección hacia lo que es mejor para una misma. Encuentra tu propio camino a la felicidad, porque la vida es “bella”.